LA CASA OSCURA

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El Alto de los Espíritus vio crecer una casona familiar llamada Guadarrama, donde abundaban los cultivos de caña y café; años después llegaron las monjas de la comunidad de las Lauras, su misión era vestir y "civilizar" indígenas.

Aquella casona, después se convertiría en cárcel, donde recibirían a los presos de La Ladera, también fue manicomio, y ancianato. Una casa, múltiples usos, muchas historias.

Cuando se fueron las monjas, volvieron los mitos, El Alto de los Espíritus llenó de magia la montaña, las lucecitas de las ánimas y la madre monte. Poco a poco esta casona se convirtió en lugar de hospedaje de distintas familias, pero la guerra llegó y con ella, las milicias urbanas, convirtiendo la casa en un lugar de secuestro; años después, cuando los paramilitares tomaron la casa, fue centro de torturas, descuartizamiento y desaparición, convirtiendo aquel lugar que albergó los recuerdos más bellos de una niñez, en un espacio de miedo, que fue lo último que vieron los ojos de los desaparecidos, y que hoy se nombra como "La Casa Oscura".

El Alto de los Espíritus se convirtió en La Escombrera. Dicen que sobre las calles y cuadras del Barrio Guadarrama, salen los fantasmas y ausentes del eterno recorrer, esos que aún gritan en silencio.